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Aunque al principio el Estadio Hiram Bithorn estaba en los planes, el comité evaluador consideró que era necesario construir un estadio con pista atlética para los Juegos Panamericanos, además de la Villa para los atletas. (Archivo / GFR Media)
La falta de liquidez económica afecta los planes que se anunciaron en 2013
Corría enero de 2013 y la administración del gobernador Alejandro García Padilla apenas se acomodaba en La Fortaleza. Años antes, desde el seno del Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur), entonces presidido por David Bernier, se impulsaba la idea de que a 40 años de los Juegos Panamericanos de 1979, San Juan volviera a organizar la justa deportiva continental.
Así se llegó al 29 de enero de 2013. Parados frente a un grupo de periodistas en la Mansión Ejecutiva, García Padilla, junto al entonces secretario de Recreación y Deportes, Ramón Orta; la presidenta del Copur, Sara Rosario; y la alcadesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, anunciaban que, aunque se desistió de ir tras los Juegos de 2019 por su proximidad, San Juan sí optaría por acoger los Panamericanos de 2023. Incluso, se presentó un logo y hasta se ofreció un estimado de inversión de $200 millones.
Pero de la euforia de aquel anuncio de enero de 2013 no pasó mucho tiempo para que las partes entendieran que organizar una justa deportiva de esta índole no era algo que se acomodaba a la realidad fiscal del país. Entonces siguieron meses y años de silencio. Nunca hubo convocatoria para anunciar que la capital no buscaría la sede, pese a que según varias personas ligadas a la iniciativa entrevistadas por El Nuevo Día, ese mismo año se dieron cuenta que la falta de liquidez económica del Gobierno evitaría que San Juan pudiera postularse como candidata a sede de los Juegos Panamericanos de 2023 antes de que venciera el plazo el 30 de enero de 2017.
“La situación económica que nos llevó a no presentarnos como ciudad candidata en el 2019, fue la misma (que hizo que no buscáramos la sede 2023). Nos hizo desistir para el 2019 y también ahora”, dijo Rosario. “El comité (evaluador) se siguió reuniendo aquí en la Casa Olímpica y en algún momento, creo que en ese mismo año, entendimos que era muy cuesta arriba llevar a cabo el proyecto”.
De ese modo, esta viene a ser la segunda vez desde el 2012 que las autoridades deportivas del país tienen que desistir de aspirar a montar la justa hemisférica que antecede a las Olimpiadas cada cuatrienio. En enero de ese año un comité evaluador se formó bajo la supervisión de Bernier (quien lideró el Copur hasta el 2012), cuya encomienda principal era realizar un estudio de viabilidad para los Juegos de 2019, que finalmente se celebrarán en Lima, Perú.
Exactamente un año después, en enero de 2013, el comité se reunió con García Padilla y las partes reconocieron que la Isla no estaba lista entonces para ser anfitriona de los Juegos Panamericanos de 2019. Optaron por la idea de solicitar los próximos. El plazo para anunciar su intención de aspirar se vencía el pasado 30 de enero.
La capital era la opción
San Juan fue la ciudad que el comité evaluador escogió como la más apta para albergar los Juegos, ya que ante el cuadro económico del País, la intención era montar la justa sin necesidad de invertir en la construcción de nueva infraestructura deportiva, o al menos minimizarla. Además de la capital, la recomendación era utilizar como subsedes las instalaciones de municipios cercanos del área metropolitana, incluyendo Guaynabo, Carolina y Bayamón, entre otros.
“No estamos aquí para competir por la sede, estamos aquí para ganar la sede”, dijo García Padilla en aquella rueda de prensa de enero de 2013.
“Muy optimista”, fue la respuesta esta semana del empresario Felipe Pérez Grajales, miembro de aquel comité evaluador, cuando se le preguntó por qué García Padilla aseguró en 2013 que la sede sí se pediría para el 2023.
Según Pérez Grajales, presidente del comité organizador de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Mayagüez 2010, los miembros del grupo que realizó el estudio para auscultar la posibilidad de que Puerto Rico albergara unos Panamericanos, estaban claros desde 2013 que aspirar a la edición de la justa de 2023 no era algo seguro.
Además de Bernier en un principio, y de Pérez Grajales, el grupo estuvo compuesto por Héctor López Pumarejo, expresidente del comité organizador de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Ponce 1993; Arturo Carrión, expresidente de los Juegos Panamericanos San Juan 1979; y Marimer Olazagasti, expresidenta de la Comisión Pro Sede Olimpiadas 2004.
“Fuimos claros que no lo estábamos viendo viable (ni en 2019 ni 2023). El entonces gobernador, como es deportista, estaba motivado y quería competir (por obtener la sede), pero la realidad es que el estudio fue claro, de que no era recomendable”, dijo Pérez Grajales, quien apuntó a la falta de liquidez financiera de parte del Gobierno, como la razón por la que no se pueda invertir en las obras necesarias para albergar una justa de esta envergadura, a pesar de que solo se contemplaba la construcción de dos edificaciones: la Villa Panamericana para el alojo de los miles de atletas y delegados, y un nuevo estadio para atletismo.
Aunque en un momento en 2012 se habló de una inversión del estado de unos $175 millones, en febrero de 2013 un estudio del economista José Alameda, comisionado por el comité evaluador, arrojó que se necesitaría una inversión total de $375.4 millones. Se esperaba que de esos, $200 millones fueran inversión del estado y que el resto se pudiera conseguir en la empresa privada.
Sin embargo, Rosario informó en días recientes que el número final aproximado estipulaba unos $249 millones como inversión global para montar los Juegos Panamericanos de 2023.
El informe de Alameda, por otro lado, indicaba que el efecto en la producción bruta, que es el movimiento económico que generaría dicha inversión en la justa deportiva, sería de $1,680 millones. En ese sentido es que los entrevistados señalan que Puerto Rico no debe renunciar en el futuro a montar un evento como este por el impacto económico que tendría en la Isla.
Sin fecha para aspirar
Sin embargo, la líder del Copur confesó que no ve en el horizonte cuándo la Isla podrá aspirar en serio al montaje de una justa deportiva de este nivel. Pérez Grajales, en tanto, está claro que no hay el dinero para invertir ahora, pero coincidió con Rosario en que se debe reconsiderar más adelante.
“No tenemos el terreno fértil para decir que Puerto Rico pueda tener el capital para invertir. Pero en el momento que lo tenga, es una gran oportunidad de negocio”, sostuvo Pérez Grajales.
Carrión, por su lado, manifestó que por el cuadro fiscal que vive el País, lo mejor fue no lanzar la candidatura ahora.
“Hubiéramos tenido luego que renunciar a la sede, y eso era peor, porque nos cierra las puertas para un futuro. Eso (el estudio de viabilidad) está ahí, por si en un futuro se puede considerar la sede. Hay que esperar que Puerto Rico enderece. Imagine usted, que ahora hay una Junta de Supervisión Fiscal tratando de controlar el gasto, y se encuentre de frente con un gasto como este (unos Juegos Panamericanos)”, dramatizó Carrión, anticipando que si se hubiera pedido la sede, la Junta hubiera sido otro escollo.
“No es que no sean necesarios los Juegos. Desde el punto de vista social, no son prioritarios hasta que esta situación (económica) no mejore. Yo sería el primero que no recomendaría eso, no tendría sentido económicamente hablando”, concluyó.
Así las cosas, tras vencerse el plazo para solicitar los Juegos de 2023 en enero pasado, sólo dos ciudades mostraron interés: Buenos Aires, Argentina; y Santiago, Chile.
El siguiente paso es que las ciudades aspirantes completen su solicitud con una cuota ante la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) en o antes del 30 de abril.
Autor y fuente original: Por Antolín Maldonado Ríos; http://www.elnuevodia.com/deportes/otrosdeportes/nota/puertoricodesistedeserlasededeunosjuegospanamericanos-2292871/